Formando sabores del Perú: Las ventajas de las ETG en la Gastronomía Peruana

Formando sabores del Perú: Las ventajas de las ETG en la Gastronomía Peruana

 

Breve introducción

No sorprende que la gastronomía peruana brille a nivel internacional, como lo confirma el reciente reconocimiento de “Maido” como el mejor restaurante peruano del mundo en 2025. En este contexto, las ETG (Especialidades Tradicionales Garantizadas) son un instrumento clave para preservar y mantener recetas auténticas y fortalecer el legado culinario del Perú, dentro y fuera del país.

 

¿Qué son las ETG? Ejemplos que destacan la tradición culinaria en nuestro país:

Son preparaciones alimentarias tradicionales, elaboradas siguiendo recetas, ingredientes o métodos que se han conservado a lo largo del tiempo. A diferencia de las
IG (indicaciones geográficas), estas especialidades no están asociadas a una región geográfica específica, como ocurre en el caso del pisco (Perú), el tequila (México) o el champagne (Francia), sino que se reconocen por sus características propias basadas en técnicas de elaboración y/o ingredientes tradicionales, aunque se elaboren en diferentes lugares.

A diferencia de las IG, donde el Estado peruano es el titular, o de las marcas y patentes que otorgan derechos exclusivos, las ETG constituyen un reconocimiento legal y colectivo. Certifican que un producto se elabora conforme a una receta tradicional oficialmente reconocida. Es decir, cualquier persona que cumpla con el pliego técnico; ingredientes, proceso y métodos tradicionales, puede utilizar la ETG, ya que lo que se protege es el nombre tradicional y el modo de preparación, no la exclusividad comercial.

La autoridad administrativa competente que gestiona la protección de las ETG en el Perú es el INDECOPI.

A modo de ejemplo, en nuestro país han sido reconocidas oficialmente dos especialidades como ETG, las cuales poseen dicha distinción: el pan de anís de Concepción (2023) y la papa a la huancaína (2025). Curiosamente, ambas especialidades tienen su origen en el departamento de Junín, lo que refleja la rica tradición cultural y gastronómica de esta región, y su importante aporte al patrimonio culinario del Perú.

A nivel de la Comunidad Andina, un ejemplo a considerar es el caso del Bizcocho de Cayambe en Ecuador, un producto emblemático que ha sido reconocido como una expresión representativa de la tradición gastronómica local.

 

Marco normativo de la ETG:

Las ETG se encuentran previstas en el artículo 3 del Decreto Legislativo Nº 1075, que complementa lo establecido en la Decisión 486 de la Comunidad Andina sobre propiedad industrial. Su incorporación oficial se concretó mediante el Decreto Legislativo Nº 1397, publicado el 7 de septiembre de 2018.

Posteriormente, el Decreto Supremo Nº 170-2021-PCM modificó el Reglamento del Decreto Legislativo Nº 1075 (aprobado por Decreto Supremo Nº        059-2017-PCM), adecuando su contenido a esta nueva figura, incluyendo cambios al artículo 1 del reglamento.

Aunque se trata de una figura relativamente reciente, las ETG ya forman parte del sistema de protección de la Propiedad Industrial en el Perú y, por tanto, gozan de protección al igual que las marcas, las patentes, los diseños industriales y demás figuras similares.

 

¿Qué ventajas ofrece el reconocimiento de una ETG?

La figura mencionada ofrece diversas ventajas, entre las cuales pasamos a señalar las siguientes:

  • Fomenta el turismo gastronómico.
  • Estímulo a la economía rural y regional.
  • Protege recetas y métodos tradicionales.
  • Aumenta su valor comercial en el mercado.
  • Valor agregado para productores y cocineros.
  • Facilita el acceso a mercados internacionales.
  • Beneficia a productores y comunidades involucradas.
  • Protección del patrimonio culinario a través de la propiedad industrial.
  • Reconoce oficialmente la especialidad, acreditando así su autenticidad.
  • Evita el uso indebido del nombre de la especialidad y la confusión o error del público consumidor.

 

Retos y actores clave

Lograr el reconocimiento oficial de una ETG implica ciertos desafíos. Uno de los principales es la dificultad de establecer una receta estandarizada, especialmente cuando existen diversas variantes regionales o locales del producto. A ello se suma el desconocimiento generalizado sobre esta figura por parte de muchos productores y del público en general.

El proceso puede ser impulsado por asociaciones, gobiernos locales, colectivos o incluso productores individuales, siempre que cuenten con el acompañamiento técnico adecuado, por ejemplo, de especialistas en propiedad intelectual, para cumplir con los requisitos establecidos por INDECOPI.